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  • historia-moderna-siglos-xv-al-xix
    El concepto de Historia Moderna ha tenido distintas interpretaciones a lo largo de los siglos. En "Historia Moderna" se estudia el periodo que va de los siglos XV al XIX, estructurado en cuatro bloques que proponen una relectura de la cronología tradicional. En primer lugar, "La crisis de la estructura de la Cristiandad", partiendo de Italia, como antiguo campo de batalla entre los poderes universales del Papado y del Imperio en las guerras de las investiduras, porque el vacío que ambos provocan permite que se produzcan los cambios culturales, sociales y políticos de la modernidad, la importancia decisiva de sus comerciantes y navegantes en la expansión ultramarina y su centralidad política, pues fue el campo de batalla en el que las potencias compitieron para hacerse con la hegemonía en Europa. La segunda parte, "La Lucha por la Monarquía Universalis", analiza y describe la evolución de estas premisas, el desarrollo de las cortes europeas y la complejidad que va adquiriendo el gobierno de los estados, la división religiosa y la compartimentación de Europa en confesiones, el alcance y efecto de la expansión europea en el mundo en la manera en que América, África y Asia se transforman con el contacto de los europeos. La tercera parte estudia el comienzo del cambio de paradigma a finales el siglo XVII, "La ruptura del concepto Monarquía Universalis y la búsqueda de un equilibrio político", el sistema post westfaliano que afecta en su ideal de equilibrio tanto al orden interno de las monarquías y su reconfiguración como a la creación de los cimientos del moderno sistema internacional de estados. Los seis últimos capítulos constituyen un bloque marcado por la crisis del Antiguo Régimen, un término empleado para significar un nuevo modelo de sociedad, la sustitución del "sistema cortesano" por el paradigma del "Estado nacional". Lo que se sitúa entre los años 1735 y 1820 en que concluye esta "Historia Moderna". Enlace a la editorial
  • consejo-castilla-contracosejo-castilla-portada
    En suma, el Consejo Real se convertía en “... una vniuersal ofiçina...”, donde se juzgaban pleitos y se conferían para consultar con el rey todas las materias de la causa pública, “y esta razón dan los señores reyes referidos para entrar en este Consejo cada semana”. Asimilando al Consejo Real en el espacio inmediato a la intimidad real, integrado de hecho en ella hasta tal punto que era el organismo consiliar que con mayor legitimidad se confundía en el ámbito doméstico del rey, dado que el acto original de prestar oídos y juzgar acontecía en su Cámara. icon-32-pdfÍndice e Introducción Enlace a Polifemo.  
  • portada-crisis-sistema-cortesano
    Próximamente saldrá a la venta la última publicación del Instituto Universitario "La Corte en Europa". La Monarquía española durante la Edad Moderna no fue una entidad política centralizada con leyes e instituciones comunes en todos los territorios que la compusieron. Todo lo contrario, fue una yuxtaposición de reinos, en los que cada uno conservó su propia organización política y administrativa conforme se fueron uniendo (desde el siglo XV), ya fuera por herencia o por conquista, que estaban bajo la jurisdicción de un mismo monarca. Esto significó que no solo existieron instituciones y legislación diferentes, sino también que cada reino mantuvo su propia casa real y su corte aunque el rey no residiera permanentemente en ellos (esta deficiencia venían a llenarla los virreyes). La diversidad de casas reales llevó a numerosos enfrentamientos entre los servidores de las distintas casas, al mismo tiempo que suponía un gasto desmesurado para las rentas de la corona. Durante los siglos XVIII y XIX se fueron precipitando una serie de cambios en la corte y en la casa real que tuvieron un alcance más profundo que la mera preocupación por ajustar el presupuesto. Cuando se analizan detenidamente estas trasmutaciones se percibe que respondían a una evolución de la organización política de la Monarquía (como sistema cortesano) hasta transformarse en el Estado liberal. La casa real, núcleo desde donde se había iniciado la corte en la Baja Edad Media, comenzó a experimentar una serie de transformaciones que eran síntoma de la descomposición de la organización política y cultural tradicional, que presagiaban un nuevo tipo de Estado. AUTORES Beatriz BLASCO ESQUIVIAS Álvaro CÁNOVASMORENO Natalia GONZÁLEZ HERAS Félix LABRADOR ARROYO Roberto LÓPEZ VELA Cristina B. MARTÍNEZ GARCÍA José MARTÍNEZ MILLÁN David QUILES ALBERO Carlos REYERO HERMOSILLA Jesús Ángel SÁNCHEZ RIVERA Natalia TEJA REGLERO Jesusa VEGA GONZÁLEZ
  • publicacion-portugal
    La mirada de este libro, como su título indica, procede de un lado de la raya, del mío, del “peninsular del este”, no “del oeste”. Todos mis prejuicios, mis experiencias, mis lecturas, mis investigaciones, mis fuentes…están inevitablemente influidas por mi condición de ciudadano español y, por tanto, entiendo que no se corresponden en absoluto con la perspectiva de un lector portugués. Tan cerca como estamos, y a la vez tan lejos, he creído conveniente “castellanizar” (no sé si lo consigo siempre, perdonen las erratas) nombres, lugares, personajes…de la historia de Portugal, no como una muestra de arrogancia, sino como una prueba de respeto a un país que siglos atrás conquistó el mundo no solo con las armas (cuestión siempre controvertida) sino también con las letras. Enlace a la editorial
  • portada-caza
    Questo volume tratta delle cacce reali: una tipologia particolare di caccia, regolata da cerimoniali intrinsecamente legati alla società di corte d'antico regime. In un lungo arco di storia, dall'alto Medioevo al Novecento, le cacce reali hanno rappresentato, infatti, una messa in scena del potere monarchico e dei rituali ad esso connessi. Col trascorrere dei secoli, le cacce reali divennero uno dei riti più celebri e celebrati delle corti di tutto il continente, una vera e propria art de la souveraineté, come hanno mostrato gli studi di Philippe Salvadori. I sovrani e principi europei seppero usare anche politicamente la pratica delle cacce reali: esse ebbero, infatti, un ruolo importante nella definizione e nel consolidamento dello Stato moderno. E ciò in forme che furono le stesse per sovrani sia cattolici sia protestanti. Le grande dinastie imposero il proprio dominio anche ridisegnandolo il territorio con splendide residenze di caccia, circondate di boschi di propria esclusiva pertinenza, e servite da un apposito sistema di strade reali. Ciò aiuta a capire perché diverse di tali residenze siano poi divenute regge emblematiche non solo delle corti degli stati monarchici, ma dello stesso progetto assolutista. icon-32-pdfÍndice

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